“Estad siempre alegres”
1 Tesalonicenses 5,16
Ser una persona alegre no es una cuestión de ADN. No estamos predeterminados a ser personas tristes o alegres por nuestra genética. Ser una persona alegre es una elección.
Aunque podríamos poner muchos otros más, os voy a proponer 4 caminos para estar siempre alegres.
Primero, intenta que no te determinen las circunstancias o los otros. El éxito está en que escojas libremente el gozo y no te dejes determinar por lo que pasa o por lo que dicen.
Claro que hay penas, fracasos, dramas, crisis, problemas de toda clase. Pero también hay alegrías.
Todo el mundo tiene disgustos, pero hemos recibido de Dios la virtud de la fortaleza para hacer frente a las dificultades. De hecho, las circunstancias adversas de nuestra vida y las trabas que nos puedan ocasionar otros, si las vivimos como Dios desea, producen carácter y esperanza en la vida eterna.
Segundo, piensa bien qué tipo de persona quieres ser. Los que nos rodean, deducen lo que somos por lo que hacemos. Entonces, aunque a menudo sea de forma inconsciente, dejamos al descubierto nuestro ser interior al actuar.
Las personas sabias dedican tiempo a pensar cómo quieren ser. Va bien que uno se pregunte: ¿qué virtudes quiero para mí?, ¿qué prioridades veo importantes en la vida? o ¿a quién y a qué voy a dedicar mi tiempo? Escoge bien, que solo se vive una vez.
Tercero, escoge los valores de Dios, no los valores del mundo. ¿Cuáles son los valores más importantes en tu vida? No escojas los valores del mundo, a menudo tan marcados por la soberbia, la falsedad, la apariencia, el menosprecio o la injusticia. No escojas los valores de los otros… Si no escoges tus valores, otros lo harán por ti.
Dios te ha hecho libre, sobre todo para hacer el bien. Al leer el Evangelio uno se da cuenta que todo, absolutamente todo lo que nos enseña y propone Jesucristo, es digno de ser escogido. Uno solo tiene que hacer la prueba y comprobarlo: los valores evangélicos dan una vida plena.
Cuarto, escoge el gozo: vale la pena. Jesucristo no nos dijo que la vida fuera a ser fácil, pero sí que con él es más llevadera (cf. Mt 11,28-30). No nos dijo que si uno era cristiano nunca tendría problemas, pero sí que viviendo las Bienaventuranzas tendremos alegría y gozo (cf. Mt 5,1-12).
En definitiva, si uno se da cuenta de que las circunstancias y los otros nos marcan pero no nos determinan. Si podemos escoger qué tipo de persona ser. Si es mejor escoger los valores de Dios que los del mundo. Si pudiendo optar por una u otra, descartamos la tristeza y escogemos la alegría… No lo dudemos, hagamos del mensaje de San Pablo uno de los lemas de nuestra vida: “estad siempre alegres”.
Bueno compañero, pues ¡acabas de leer el escrito número 100! Gracias por seguirlos. Gracias por querer compartir tu tiempo conmigo. Gracias, Señor, por tanto recibido de tu infinita bondad. De verdad: ¡qué gozo!
Para acabar, esta semana te hago dos propuestas. Primera, repensar un poco este escrito y hacer una elección. Y recuerda: si no escoges tú, otros lo harán por ti.
Segunda, participar en la charla que hemos titulado: "ESPERANZA2. Cuando la vida duele". La vamos a dar Toni Piniés, un casado, padre de familia y psicólogo, miembro de nuestras parroquias, y un servidor, sacerdote y maestro. La podréis seguir desde nuestro Instagram: @parroquiesmontornes, en este enlace https://www.instagram.com/parroquiesmontornes/. Será el próximo Domingo 20 / 19-20:00 (hora de España).
¡Ánimo todos!
Feliz Adviento y que Dios te siga bendiciendo. :)
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