“Vosotros sois la sal de la tierra. Vosotros sois la luz del mundo”
Mateo 5,13
“Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura”. Esto no lo ha escrito un médico cristiano retrógrado con un gran temor de Dios, o una enfermera piadosa de sesenta y tres años a punto de jubilarse. Este es uno de los párrafos del Juramento Hipocrático. En la Antigua Grecia, en el 500 antes de Cristo, Hipócrates escribió cuáles debían ser las obligaciones de los que ejercen la medicina. Con algunas modificaciones, es el mismo juramento que en la actualidad deben firmar los que terminan sus estudios de Medicina y quieren dedicarse a la profesión.
En esencia lo que se busca es defender a ultranza la vida de las personas. Implícitamente, el Juramento Hipocrático, está en contra de la eutanasia.
Publicidad del Gobierno de España, a 20 de septiembre del año 2020 después de Cristo, que aparece en los periódicos digitales, para concienciar a la población de la seriedad del covid y la gravedad de la situación actual. “Esto no es un juego. Ayúdanos a cumplir las recomendaciones sanitarias”. Me parece muy bien este anuncio, ciertamente esto no es un juego. El mensaje debe estar, porque es positivo, porque está orientado a salvar vidas. Pero no es todo tan coherente…
Date cuenta de la jugada: por un lado, de día, estamos todos intentando salvar vidas: ciudadanos de a pie, médicos, enfermeras, familiares… Todo el mundo. Y por otro lado, de noche, se quiere legalizar la eutanasia.
Los hijos de las tinieblas ya están aquí. De hecho, los ladrones o los asesinos suelen actuar de noche. Pues los hijos de la mentira y del mal suelen actuar de la misma manera, de noche, pero ya ni eso; actualmente ya ni se esconden, obran de día y suelen hacerlo en el Congreso. Hacen propuestas de ley, como la de la eutanasia; porque claro, ya es hora de que nos pongamos al nivel de los países del norte de Europa. Esos sí que saben… Bueno, de este tema de la eutanasia Holanda sabe bastante, aunque allí los familiares ya sacan a los ancianos de las residencias por miedo. Se constata una contradicción espeluznante. Realmente la inhumanidad a la que estamos llegando es espantosa.
Algunos gobernantes deben pensar que la masa es imbécil y que es tan fácilmente manipulable, que ya no se esfuerzan ni en disimular. En verdad, saben que mucha parte de la población ya no se revuelve por nada, que no nos enfrentamos a nadie, ya no defendemos valores sagrados como el de la vida. Todo da igual. Porque mientras se llegue a fin de mes y se pueda ir de vacaciones una semanita…
Me gustaría que te dieras cuenta de algo. Han pasado 2500 años entre Hipócrates y nosotros, y para los médicos de todos los tiempos el valor de la vida era sagrado. ¿Cómo puede ser que hoy dudemos de esa verdad? Cuando el ser humano es el mismo… Lo que para ellos y para miles de generaciones, a todas luces es un progreso, hoy unos políticos desalmados quieren hacernos creer que no lo es tanto.
¡Cristianos, despertad! Estáis llamados a defender la vida, desde su concepción hasta su fin natural. Tenemos el deber moral de formarnos en estos temas. Date cuenta de que este no es un asunto cualquiera. Este no es un tema en el que no puedas tener una opinión propia, o un criterio formado como cristiano. Y va a salir en muchos momentos la cuestión de la eutanasia: en las conversaciones con amigos, en el trabajo, tomando un café con alguien, comiendo con familiares… Y no puedes quedarte con cara de besugo. No.
Si amas la vida estás llamado a defenderla y a hacerlo con argumentos. Debemos influir en la masa. Recuerda lo que nos dice Jesús: “Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?”. Debemos iluminar esta sociedad; recuerda: “vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte”.
Convéncete, puedes y debes crear opinión. Te van a escuchar y les vas a hacer pensar, como Juan Bautista cuando contradecía y criticaba el comportamiento inmoral de Herodes (un rey cruel). De hecho, “respetaba a Juan , sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto” (Mc 6,20).
No lo dudes, puedes ayudar a otros a pensar, a ser sensibles, a amar.
Sé testigo del bien y de la verdad.
Como propuesta, por si quieres saber y formarte sobre este tema tan actual y trascendental, lee este documento sobre “La eutanasia. 100 preguntas y respuestas”.
En el post de la semana que viene continuaré.
Feliz semana y que Dios te siga bendiciendo. :)
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