“Si venís a mí en son de paz para ayudarme, estoy dispuesto a unirme a vosotros”
1 Crónicas 12,18
Llevamos una semana que “tela” con las protestas por ese tal Pablo Hasél (o como se llame).
En medio de todo el revuelo que se ha montado he leído una noticia en la que, por un lado, un psicólogo, y por otro, una socióloga, explican por qué estos jóvenes están protestando. Uno lee esas explicaciones y parece que estén justificando sus actos… Ver para creer. Ahora resulta que algunos son licenciados para explicar de forma rimbombante el comportamiento de energúmenos. Buscan los motivos en el descontento social, la frustración, la incertidumbre ante el futuro, el no poder salir a donde quieren… Miren, pues no tiene ni medio pase lo que han hecho. Ni nada de eso ni todo eso junto para justificar esas salvajadas.
En todo el mundo se ha puesto muy de moda el enfrentamiento, y eso no puede ser. Resulta que si no gusta una sentencia judicial se permite todo. Y todo es todo. Destrozar los cristales de las tiendas, entrar a robar, quemar contenedores, coches y motos de particulares, y todo lo que se les ocurra. Barcelona está harta de esa gente. Primero, por la sentencia del “procés”, y ahora por esto. Como si no fuera suficiente intentar sobrellevar una pandemia y momentos sociales tan difíciles, a todos los niveles.
Lo de los “mossos” se merece un capítulo aparte. Resulta que deben aguantar la violencia y la ira desatada y, además, no quejarse. En fin, que a ratos, parece el mundo al revés.
Cada uno saque conclusiones, pero por favor, licenciados en psicología, en sociología o en lo que sea, no justifiquemos lo injustificable. Más bien condenemos lo que está mal y no olvidemos que hay líneas rojas que no se pueden cruzar para vivir en sociedad, y no puede ser que nos acostumbremos a cruzarlas cuando algo no nos guste. Porque así no se puede vivir en sociedad. Podemos y debemos tratar de vivir en paz.
Más que nunca me resuenan las palabras de Jesús de: “La paz os dejo, mi paz os doy” (Jn 14,17). Quien no tiene paz en su corazón, no puede generar paz a su alrededor.
Para acabar, esta semana te propongo rezar para que muchos se arrepientan, se enmienden por la violencia y los disturbios ocasionados, y para que entre todos construyamos relaciones de amor y de paz.
Pa’lante...
¡Ánimo todos!
Feliz semana y que Dios te siga bendiciendo. :)
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