top of page

LA CONVERSIÓN DA VIDA

“Transformaos por la renovación de la mente”

Romanos 12,2




El ciclo de vida de las mariposas, como el de las personas, es realmente increíble. Lo más asombroso de la vida de estos insectos probablemente sea su metamorfosis. Los cambios se dan a través de un ciclo que consta de cinco fases: huevo, oruga, crisálida, desarrollo y reproducción. La fase más conocida es la de la crisálida, ya que es el momento de transformación en el que la oruga pasa a convertirse en una mariposa adulta. En esta fase, la oruga comienza su proceso de metamorfosis en el que se modifican sus tejidos, órganos y miembros, estando dentro de la crisálida. Algo absolutamente maravilloso se da ahí dentro sin que nosotros lo veamos. Una vez la oruga haya finalizado su proceso de metamorfosis, la mariposa adulta (llamada también imago -imagen-) estará lista para salir al exterior. Pero no acabará ahí, ya que las mariposas dan vida. Entonces volará para alimentarse, buscará un compañero para aparearse y así poder empezar el ciclo nuevamente.


En el mes de vida aproximado de una mariposa, la tendremos al aire libre, por nuestras calles y jardines, posándose en flores, árboles o ventanas; haciendo piruetas graciosas y trayéndonos recuerdos de infancia y despertando en nosotros el deseo de belleza y de poesía. Con la primavera, nos invade un estallido de vida y de color, del que son grandes embajadoras las mariposas, como los Reyes Magos que van a adorar al Niño Dios en la Navidad.


Pero no os escribo para refrescar unas nociones de ciencias naturales ni de literatura, sino porque este ciclo de vida de las mariposas nos habla de la conversión, palabra clave para un cristiano, y más en un tiempo como el Adviento.


Hay una palabra griega que pone nombre a lo que acontece en esas dos semanas dentro de la crisálida: metamorfosis (transformación). Eso es lo que desea Dios para cada uno de nosotros: que nos desviemos de lo que es malo y nos volvamos a Dios. Esto define lo esencial de la conversión, que implica un cambio de conducta, una nueva orientación de todo el comportamiento.

Con una dinámica de conversión, en el mundo habría más belleza y más vida.


Para ello, no nos valen conversiones superficiales, como el que se viste muy bien o se maquilla “de cine”. Eso no sirve para nada. Solo si hay una conversión inspirada por el amor y el conocimiento de Dios daremos fruto.

Cómo no traer a la memoria esas maravillosas palabras llenas de fuerza del profeta Isaías cuando nos dice: “¡Lavaos! ¡Purificaos! ¡Quitad de mi vista vuestra maldad! ¡Cesad de hacer el mal, aprended a hacer el bien! ¡Buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda…! Entonces vuestros pecados, de color escarlata, se blanquearán como nieve.” (Is 1,16ss).


Sonará fuerte esto, pero estoy convencido de ello: el pueblo que sea finalmente beneficiario de la salvación estará formado solo de convertidos.


Para acabar, esta semana te propongo enterarte de cuándo es la Celebración penitencial comunitaria en tu parroquia o en alguna parroquia vecina, y confesarte. Cualquier momento es bueno para reconciliarse con Dios, los otros y uno mismo.

¡Ánimo todos!


Feliz Adviento y que Dios te siga bendiciendo. :)


P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.

378 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page