“Vi un cielo nuevo”
Apocalipsis 21,1
Pocas cosas se hacen hoy más imprescindibles para salir a la calle que una mascarilla. Los que vivimos en zonas en las que hay mucho turismo, como es Barcelona, estamos acostumbrados a ver japoneses. En cualquier grupo de estos turistas siempre había alguno con mascarilla, siempre. Y esto nos chocaba y hasta nos hacía gracia; parecían salidos de alguna película de ciencia ficción. He de reconocer que pensaba para mis adentros: “Cosas de japoneses…”. Sin embargo, hemos pasado de extrañarnos al ver alguno de ellos con mascarilla, a extrañarnos si vemos a alguien sin la mascarilla puesta. Pero hemos de reconocerlo, es muy molesto y pesado llevarla.
Hace unas cuantas semanas, hablaba con un hermano cura sobre este tema y compartíamos sobre la situación global de la pandemia. Hablábamos del drama de los miles y miles de muertos, del estrés de los médicos, de los que no han parado de trabajar a marchas forzadas, como si fueran máquinas, de las colas enormes que tenemos en Cáritas, de los padres con sus hijos 24 horas en casa… Y salió el tema de la seguridad que da pero, a su vez, la incomodidad que supone el uso de la dichosa mascarilla. Llegados a un punto de la conversación, yo le expresé el agobio que me genera respirar con la mascarilla puesta. Entonces él, con mucho humor y sabiduría, me dijo algo que me hizo reír, y después, pensar. Me soltó, en plan de broma: “¿Sabes lo mejor de todo esto? ¡Que en el cielo no habrá mascarillas!”. Me hizo reír y pensé: “Qué alivio…”
Esto que puede parecer un simple comentario gracioso, no lo es tanto. Porque detrás de esas palabras está presente una verdad fundamental de nuestra fe y de la vida. Y es que como Jesús ya nos ha anunciado: junto a Él, en el cielo, todo será felicidad, alegría sin fin, todo consuelo, ni lágrimas, ni dolor, ni agobio… ¡Ni mascarillas!
Al pasar por esta vida, que es tan bella, y a veces tan dura, necesitamos recordar la felicidad que tendremos allá en el cielo. Como nos recuerda el evangelista san Juan en el libro del Apocalipsis: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe.” (Ap 21,1).
No olvidemos que a pesar de las mascarillas, al azul no debemos llamarle azul mascarilla, sino azul celeste. No lo olvides: “¡En el cielo no habrá mascarillas!”.
Para acabar te hago la propuesta para esta semana de mirar a menudo al cielo y decir, inspirado por san Juan: “Veremos un cielo nuevo”. Nos sentará bien recordar la felicidad que tendremos cuando estemos con Dios. Si quieres, también puedes decir: “Veremos un cielo nuevo (y sin mascarillas)”. A mí me parece que voy a optar, claramente, por esta segunda versión. :)
P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.
Este fin de semana, además, hemos publicado la sección “De vacaciones” en la web. Con ideas súper prácticas, muy sencillas y de verano para desconectar de todo… ¡menos de Dios! ¡No te la puedes perder!