top of page

DIARIO DE LA ESPERANZA - Día 4

“Prestad atención y adquirid inteligencia.”

Proverbios 4,1

En este tiempo, me parece que estaremos todos de acuerdo: tenemos una llamada. Me decía hace seis días un íntimo amigo médico: “Nos están hablando fuerte”. No fuera caso que nos estuvieran gritando al oído y no nos enterásemos. Porque ya lo decía Jesús, “el que tenga oídos, que oiga” (Mt 13,9). Y ya que la vida es tan bella pero a su vez tan frágil, hablemos de ella.

Si buscamos en esa app de la Biblia, tan maravillosa que os dije en el Día 2 de este Diario, la palabra “vivir”, nos encontramos con que aparecen 257 resultados. No está mal… Pero si ponemos la palabra “vida”, nos dice que sale hasta ¡921 veces!

Decía Irène Némirovsky (1903-1942), escritora ucraniana que vivió en Francia: “Amo la vida. Todo mi tormento consiste en el miedo de no poder disfrutar de ella con suficiente tiempo y plenitud. Los días me parecen demasiado breves. El sol se pone demasiado pronto. Los veranos terminan tan deprisa y la muerte llega tan rápido”. Irène utiliza una expresión que pocos tienen el valor de repetir: “Amo la vida”. Y la amo porque aprovecho toda su savia, recojo las flores, la lleno de búsqueda, de acción y de contemplación. Impresiona ese saborear la existencia a grandes tragos, sobre todo en nuestros días, cuando se ve a multitud de personas que no saben cómo matar el tiempo y quemar la vida. Si amamos la vida, a vivirla con esperanza. Porque solo así merece la pena ser vivida.

En esta época mandamos y recibimos miles de whatsapps como si no hubiera un mañana, con vídeos, memes, escritos de toda clase. Algunos son realmente buenos, ingeniosos, nos hacen reír, nos hacen pensar, hasta poner en orden las prioridades de nuestra vida; pero otros no. Por este motivo, yo haría una llamada al orden, como cuando los entrenadores piden un tiempo muerto, y diría: Ojo, no perdamos el norte. Sepamos lo que nos estamos jugando.

Para acabar, pues, os propongo que vayamos a la carpeta en la que se nos acumulan todos esos archivos, seleccionemos los que no nos sirven (cada uno verá), los eliminemos y nos quedemos solo con los buenos. Y hagamos como me decía un feligrés: “Ahora es momento de mirarnos a los ojos, conversar, escuchar, mirar nuestros hábitos, poner orden…”. O como me compartía una maestra de la escuela en la que doy clases: “Es tiempo de familia, de los detalles, de relativizar y de priorizar”. Yo añadiría, como dice el famoso cantante colombiano Juanes en una de sus canciones: “Es tiempo de cambiar”. Si lo hacemos así, habremos prestado atención y adquirido inteligencia.


No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros.


¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!


P. D.: Seguimos con la propuesta de compartir. Primero, que si te ha gustado este escrito o los de los otros días, le des al corazón que hay en la parte inferior derecha. Segundo, que si quieres dar feedback, escribas un comentario, aunque sea breve. Tres, que lo compartas vía Whatsapp; puedes hacerlo reenviando el link que te ha llegado o en la parte superior derecha, donde aparece “Share post” (“Compartir escrito”). Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

276 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page