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DIARIO DE LA ESPERANZA - Día 15

“Dime, hermano: ¿a qué tribu y familia perteneces?”

Tobías 5,11



El escrito de hoy es como la segunda parte del de ayer. Éste completa algunas pinceladas importantes sobre aspectos a redescubrir del Domingo y, en parte, de nuestro vivir en relación a Dios y a la familia.


Se puede saber en qué piensa y quién es cada uno viendo en qué cosas invierte su tiempo. Podemos decir que, si conserva el sentido del domingo cristiano el tener tiempo para Dios, también así el tener tiempo para la familia. Por este motivo, por poner un ejemplo, las excursiones dominicales debieran estar siempre programadas de modo que la familia pudiera participar de la Eucaristía. Eso no disminuye el valor recreativo de la excursión, es más, lo incrementa, haciendo que tenga alma.


Tener tiempo para Dios significa además tener tiempo los unos para los otros. El domingo debiera ser un día de encuentro y de conversación, un día en el que se tiene presente a los demás y se aprende a entenderse. El domingo, en tanto que es un día de Dios es también un día del hombre. Por ese motivo se nos está presentando, ya no solo para los domingos, sino para todo este confinamiento, una gran oportunidad de convivencia personal: jugar juntos, cultivar intereses comunes, practicar la música en familia, conservar o renovar algunos usos y costumbres, ofrecer ayuda a algún familiar, amigo o vecino; muchas cosas se pueden mencionar, verdad…


De la configuración del domingo, de cómo lo organicemos, depende la fisonomía de nuestro tiempo. El redescubrimiento del domingo es de una importancia decisiva para el futuro de cada persona, de las familias y de la sociedad. El cristiano, en función de cómo viva el domingo, vivirá la semana.


A menudo los padres de niños y adolescentes con los que trato, se quejan del poco tiempo que pueden dedicar a sus hijos. Del mismo modo, cuando hablo con los hijos, me dicen que les gustaría pasar más rato con sus padres; bien, excepto los adolescentes (que no lo dicen, pero lo sienten…). Aunque aquellos con los que convives no te lo digan (o sí -cosa rara…-), ellos tienen la esperanza de que estos días sean unos días de encuentro. Así que, no desaprovechemos esta oportunidad. Trabajo prioritario en estos días: hacer que el tiempo en familia tenga alma.


Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: procurar tener conversaciones significativas, relevantes con alguien de tu familia o amigos a lo largo de la semana. Sé creativo: mientras fregáis juntos los platos, cuando los niños estén durmiendo, pintando con los hijos, llamando a algún ser querido...


No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros.


¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!


P.D.: Primero, agradecer las 3.900 lecturas de este Diario en las dos semanas que llevamos. ¡Felicidades por sostener la esperanza entre todos! Segundo, si te ha gustado este escrito o los de los otros días, dale al corazón que hay en la parte inferior derecha. Y compártelo por Whatsapp, reenviando el link que te ha llegado.


En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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