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ACOGE LA REVOLUCIÓN

Updated: Dec 23, 2020

“Será grande

Lucas 1,32



No sé tú, pero yo tengo muchas ganas de Navidad. Pero muchas. No sé si tantas como las ganas que tienen los niños de que llegue el día de Reyes, pero seguramente, ahí ahí.


¿No te ha pasado nunca prever que unos días iban a ser hermosos y, efectivamente, acabar siendo así, preciosos? Pues yo me encuentro así. Y en el fondo, como Iglesia, en mayor o menor medida, nos encontramos así. Tal es la expectativa. Porque los siete días antes al día de Navidad son como de un in crescendo fantástico; y esto se nota aún más con la impronta que da el cuarto Domingo de Adviento.


¿Qué pasa en este Domingo? Pues que ya está cerca. Que ya está el pesebre montado, que la cuna está vacía pero como si viéramos en ella ya al Niño Jesús, que estamos preparando con ilusión estos días santos, que a pesar del covid habrá Navidad. Son muchas cosas juntas que no caben en estas líneas y que todos, de forma más o menos eufórica, lo vamos cociendo en nuestro interior. Estamos listos para acoger a Jesús.


Pero además, y aquí es donde quería llegar, llega la revolución. En una tierra históricamente muy disputada, acostumbrada a la violencia y a las guerras, en medio de un pueblo dominado por el Imperio Romano, en una región alejada de la capital israelita, en un pueblecito insignificante, ¡allí! En Nazaret, Dios fue a buscar a la madre del que iba a cambiar la historia. María dijo al ángel Gabriel que sí, que aceptaba la propuesta de Dios, que se fiaba de Él. Y el Dios de lo imposible no le falló. De hecho, quien se fía de Dios y le ama con todo su corazón, sabe que esto es verdad: porque Dios ayuda.


Ella quedó embarazada por obra, única y exclusivamente, del Espíritu Santo, y dio a luz al “Dios con nosotros”, al “Príncipe de la Paz”, al Salvador. María puso en el mundo a quien trajo la revolución del amor: Jesús de Nazaret.


Espero que estas palabras no las leamos de carrerilla, que no nos suenen a algo ya muy oído. Porque una cosa es saber todo esto y, otra, vivirlo.


En esta Navidad deseo 3 cosas para ti…


Primero, que contemplando a Jesús, te des cuenta de lo “fuerte” que es que Dios se hiciera hombre.

Segundo, que hagas experiencia del amor de Dios.

Tercero, que te unas a la revolución del amor y la ternura para hacer un mundo más humano y fraterno.

No lo olvidemos: llega la revolución porque llega Jesús. ¿Te apuntas a la revolución del amor?


Postdata: Si miramos la foto que acompaña este escrito, ¿estás de acuerdo conmigo en que, XXI siglos después, algunos se han equivocado de revolución?


Para acabar, esta semana te recomiendo mucho leer la Carta Apostólica Admirabile Signum, sobre el significado y el valor del Belén, que el Papa Francisco nos regaló para la Navidad del 2019.

Ah! Y si quieres mirar una charla sobre la confianza y la esperanza, aquí tienes una pequeña ayuda, sobre todo desde el minuto 45, que es cuando se escucha mejor: ESPERANZA2. Cuando la vida duele.


¡FELIZ NAVIDAD!

Y que Dios te siga bendiciendo. :)

P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.


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